La historia de Formentera está profundamente vinculada al mar, a los pescadores, a los piratas y, sorprendentemente, ¡a los vikingos! Entre las crónicas más fascinantes de la isla destaca la leyenda del rey Sigurd, un monarca vikingo de Noruega que vivió un episodio peculiar en Formentera durante su camino hacia Jerusalén. Esta es su historia.
El rey Sigurd y su ambición por Oriente
Sigurd, conocido también como Sigurd el Cruzado, fue hijo del rey Magnus III de Noruega, a quien sucedió tras su muerte. Durante su reinado, llegó a Noruega una partida de vikingos que regresaba de Jerusalén cargada de historias y tesoros obtenidos en sus incursiones. Estos relatos despertaron en Sigurd un profundo interés por emprender su propia expedición hacia las tierras de Oriente.
Sin pensarlo dos veces, el joven rey decidió embarcarse en una travesía épica. Liderando una flota de barcos, Sigurd y sus hombres partieron desde las costas de Noruega, navegando hacia el sur. Pasaron por Francia, Galicia, Lisboa y el estrecho de Gibraltar, hasta que finalmente arribaron a Formentera.
Encuentro con los piratas en Formentera
La leyenda cuenta que al llegar a Formentera, los vikingos se toparon con un grupo de piratas que había establecido su escondite en una cueva situada en los acantilados de la Mola, al este de la isla. Estos piratas acumulaban en su refugio un valioso tesoro obtenido de sus saqueos, pero la cueva donde lo custodiaban era prácticamente inaccesible desde el mar.
Al observar la situación, Sigurd y sus hombres idearon un plan para hacerse con el botín. Los vikingos decidieron utilizar su ingenio y fuerza para superar la dificultad geográfica. Subieron una de sus embarcaciones hasta lo alto del acantilado, una hazaña que demuestra su destreza y determinación.
La estrategia de Sigurd: la Cueva del Humo
Una vez colocada la nave en lo alto del acantilado, los vikingos la hicieron descender cuidadosamente con cuerdas hasta situarla frente a la entrada de la cueva. Allí, prendieron fuego a la entrada para llenar el refugio de humo, obligando a los piratas a salir. Este ingenioso plan fue tan decisivo que la cueva aún hoy es conocida como «Cova des Fum», es decir, «Cueva del Humo».
Los piratas, asfixiados por el humo, no tuvieron más opción que rendirse. Sin embargo, el rey Sigurd no mostró compasión: según la leyenda, acabó con la vida de todos ellos y reclamó el tesoro como suyo.
El misterio del tesoro perdido
Tras su victoria en Formentera, el rey Sigurd y su flota continuaron su viaje por el Mediterráneo rumbo a Jerusalén, cumpliendo con su objetivo de llegar a las tierras de Oriente. Sin embargo, el destino del tesoro de los piratas sigue siendo un misterio.
Algunas historias afirman que los vikingos decidieron ocultarlo en algún lugar entre Formentera e Ibiza antes de proseguir su travesía. Otras versiones sostienen que el tesoro fue transportado con ellos, aunque no existen pruebas concluyentes de su existencia. Con el paso de los siglos, esta leyenda ha alimentado la imaginación de exploradores y aventureros, quienes han soñado con encontrar este supuesto tesoro perdido.
Visita a la Mola y la «Cova des Fum»
Hoy en día, la zona de la Mola sigue siendo uno de los lugares más impresionantes de Formentera, no solo por la belleza de sus paisajes, sino también por el aire de misterio que envuelve su historia. Los acantilados que una vez presenciaron las hazañas del rey Sigurd son ahora un lugar perfecto para explorar y disfrutar de la naturaleza.
La «Cova des Fum» es un recordatorio de la presencia de los vikingos en la isla y de su legendaria astucia. Aunque el acceso a la cueva puede ser complicado, los alrededores ofrecen vistas espectaculares del mar Mediterráneo y una conexión con el pasado que pocos lugares pueden igualar.
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La leyenda del rey Sigurd es solo uno de los muchos relatos fascinantes que hacen de Formentera un destino lleno de historia, mitos y paisajes únicos. ¿Quién sabe? Tal vez mientras paseas por sus rincones, encuentres una pista sobre el paradero del tesoro perdido.
